Diatriba mágica

Fotografiarla era un arte nocivo,
verla en el piso girando lentamente
mientras por la persiana entraba la luz
que acariciaba la desnudez de su espalda.

Cerrar los ojos,
perturbados por el brillo artificial,
y sentir su cabello tocando mis pies,
supongo que el corazón no entiende las razones
que tiene la razón para alejarnos.

Pero qué más da...
Siempre tendré en mis pupilas su retrato,
difuminado en contrastres vinotintos,
como una película de los años 70's,
en donde ella corre hacía ningún lugar
y yo inmovil la observo irse.

Fotografiarla era un vicio tóxico,
al revelarla en el cuarto oscuro
me daba cuenta que capturaba sombras,
de una silueta que se arqueaba herida
quejándose pausada y aguda,
mientras se fumaba un cigarrillo después de hacer el amor.

Cerrar los ojos era perder el nombre y los huesos
en algún lugar de su cuerpo,
mientras sus labios besaban mis débiles nudillos,
algún filtro decoraba la sobriedad de su perfil,
fotografiarla era dibujarla con la cámara
sobre lienzo en exposición neutral,
fotografiarla era capturar la melancolía,
de saber que si no lo hacía
no la volvería a ver...

Expósito sentimiento

Y aún esperando ese día opte por los bordes blancos, la mirada sepia y el tiempo lento.
Preferí mirar al suelo y que el viento me acariciase la coronilla...
mientras caminaba por el mismo vecindario; las mismas casas, el mismo viejo fumando, el cartero,
el árbol con ramas largas, el dalmata de Annie, la ventana de la Señora Warren, las colillas de cigarrillo,
el insulso panadero... mi dilección de estar en el lugar que me gusta estar, con quien quiero estar... pero un momento, hoy era diferente; hoy la iba a conocer a ella.

¡Hola, Juan! no, hoy no puedo ver el juego...
¿Qué es esto que me produce corriente? ¿porqué no dejo de sonreír? ¿qué es lo que produce ese tic en mi cuello? mis manos sudan mucho...

Las 5:30... ¿voy muy temprano? ¿y si ella nunca llega? ¿estaré bien vestido? Cielos, que zapatos tan incómodos...

Siete calles... seis goles... cinco besos... cuatro calles... tres palomas... dos bebés... una ansiedad eviterna.

Sentimiento tremebundo... aún recuerdo eso de que la realidad es todo, si vemos a las estrellas dejamos de ver el suelo y nos caeremos... yo no quiero dejar de verte, de quererte, de besarte, de adorarte, de abrazarte... de... de... demonios quiero cogerte de la mano.

Comenzó a llover, Dios está feliz, o bueno, solo llueve...
Me pesan los brazos... 5:58...

Ya quiero leerte los ojos, caminar sobre tus nudillos, besarte la frente, volar por tus pestañas...

5:59...
¡Buenas!
¿Señor...  Ryman?
Así es...
Habitación 602, ¡Felicidades!


Solo e Penoso...

Solo y a paso lento y pensativo, cruzando voy campiñas apartadas y si de hombre presumo ver pisadas aléjame azorado y fugitivo..
Amo la soledad: en ella esquivo del indiscreto vulgo las miradas, que pudiera en mis ojos reflejadas las llamas ver en que abrazado vivo.
Confidentes serán de mis pesares agrio monte, honda selva, mustia playa, y no me turbará mortal testigo.
Más no hallo tan selváticos lugares ni senda tan oculta, que no vaya 
yo con amor hablando y él conmigo.