Diatriba mágica

Fotografiarla era un arte nocivo,
verla en el piso girando lentamente
mientras por la persiana entraba la luz
que acariciaba la desnudez de su espalda.

Cerrar los ojos,
perturbados por el brillo artificial,
y sentir su cabello tocando mis pies,
supongo que el corazón no entiende las razones
que tiene la razón para alejarnos.

Pero qué más da...
Siempre tendré en mis pupilas su retrato,
difuminado en contrastres vinotintos,
como una película de los años 70's,
en donde ella corre hacía ningún lugar
y yo inmovil la observo irse.

Fotografiarla era un vicio tóxico,
al revelarla en el cuarto oscuro
me daba cuenta que capturaba sombras,
de una silueta que se arqueaba herida
quejándose pausada y aguda,
mientras se fumaba un cigarrillo después de hacer el amor.

Cerrar los ojos era perder el nombre y los huesos
en algún lugar de su cuerpo,
mientras sus labios besaban mis débiles nudillos,
algún filtro decoraba la sobriedad de su perfil,
fotografiarla era dibujarla con la cámara
sobre lienzo en exposición neutral,
fotografiarla era capturar la melancolía,
de saber que si no lo hacía
no la volvería a ver...